DUNKERQUE: LA SOLEMNE (Y SOMNIFERA) MONUMENTALIDAD DE NOLAN
POR MILENIO III
Durante los últimos 15 años, el cine de Christopher Nolan ha dejado una huella mas que notable en la evolución tanto del cine de autor contemporáneo como del Blockbuster Hollywoodense, sin embargo pareciera ser que después de la irregular y portentosa tercera entrega de su reedificación del hombre murciélago El Caballero de la Noche Asciende (2012) y después de la preponderante odisea espacial INTERESTELLAR (2014), el realizador ingles se ha anclado mas en retratar fenómenos monumentales con solemnidad y virtuosismo que en la sofisticación y agilidad con la que reconstruye los arquetipos del cine Noir (policiaco/gangsters) en argumentos excelentes y sumamente entretenidos (Memento, El Gran Truco y El Caballero de la Noche son sus obras mas loables en esos términos).
Situada en la explosiva segunda guerra mundial; Dunkerque retrata en un tono áspero, la situación de peligro e intriga de tropas de soldados ingleses (y uno que otro francés) que luchan por ser evacuados en la bahía francesa Dunkerque ante el ataque de un enemigo invisible (literal casi nunca vemos explicita y claramente a ningún oponente).
Filmada casi en su totalidad en formato IMAX de 70 mm, Dunkerque expone un colosal trabajo de puesta en escena que orquesta miles de extras en replicas macizas de barcos y aviones junto con la soberbia fotografía de Hoyte Van Hoytema (Déjame Entrar, 2008) y la portentosa banda sonora de Hans Zimmer nos mantiene suspendidos en una secuencia completa de casi 2 horas de duración donde se juega la percepción del tiempo simultanea en los personajes que combaten y resisten su ataque tanto por tierra, mar y aire. Otro acierto a su favor es la cantidad de rostros poco frecuentes en el star sistem actual que componen su numeroso reparto en el cual destaca a un Tom Hardy como piloto de defensa cullo rostro termina aún mas cubierto que en su papel de Bane, un muy joven Fionn Whitehead fotogénico pero poco cautivador y un Mark Rylance mas que aceptable. Pero también se incluye participaciones que por ser efectivas resultan menos pulidas como la de un Kenneth Branagh totalmente desperdiciado y monofacialmente tieso y un Cillian Murphy insoportablemente apático y totalmente de sobra que solo está ahí para presumir al publico que al final el es el actor mas consentido en toda la filmografía de Nolan.
Mientras van transcurriendo los eventos y el caos contenido entre los centenares de cadetes cuchareados. Nolan se aventura a experimentar mas con los tiempos de espera y las pausas entre diálogos. Milagrosamente tenemos una cinta con muy pocos momentos de exposición (cuando los personajes explican mediante el diálogo lo que ocurre o ocurrió) pero eso solo resulta asertivo en la primera mitad, pues el principal tropiezo de Nolan es que ahora se le olvida incorporar drama (ningún personaje tiene una transformación radical en la película), provocando poca o nula empatía con los personajes ante una falta de objetivos morales y pasiones internas por cumplir. Así pues, ante la disfrazada carencia de drama, la amalgama tonal en la música, la imagen y el montaje de la cinta acaba por volverla demasiado homogénea, repetitiva y tediosa (sobretodo por el tic tac de baja frecuencia de Hans Zimmer y los constantes regresos al la misma imagen del rostro cubierto de Tom Hardy piloteando su avioneta) provocando uno que otro bostezo.
El asunto con Dunkerque es que todo se reduce a una sola anécdota situacional o mas bien a una postura reflexiva sobre la voluntad y la capacidad de resistencia del ser humano para sobrevivir. El efecto que al final transmite es para mi medianamente satisfactorio sobre todo para los espectadores que estaban esperando ver una cinta de guerra y alto heroísmo (como la reciente Hasta el Último Hombre de Mel Gibson) pues al final resulta mas una cinta de desastre. Pero a pesar de sus múltiples carencias en conflicto y construcción de personajes, Dunkerque es un blockbuster mas que competente con una cinematografía de la mas pura textura de celuloide y sin duda un logro totalmente loable en la faceta del cineasta londinense como pionero de los Blockbusters de autor pero muy menor para quienes disfrutan mas de su destreza en el thriller y el misterio.
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