DEATH NOTE & LA TORRE OSCURA: LA OSCURA DECADENCIA DE LA COHERENCIA


por MILENIO III



“El cine no es el trabajo de los escolares, sino mas bien de los analfabetos” es una de tantas sabias y reveladoras frases que el cineasta alemán Werner Herzog ha expresado a lo largo se su travesía en la cinematografía la cual a diferencia de la pintura, la música y la escritura, no la considera como un arte puro sino como parte de un fenómeno mas cercano al espectáculo circense. Y si lo comparamos con las críticas sagaces de Peter Greenaway con que el cine está muerto ya que mas bien es una sucursal audiovisual de cualquier librería. Estas dos posturas sobre lo que prolifera en el cine actual, chocarán en este sierre de verano ante el estreno de dos adaptaciones a obras de culto contemporáneo Death Note y La torre oscura, estrenadas en plataforma Netflix y en sala de cine respectivamente.

Bajo las supuestas órdenes del versátil y pronto prolífico Adam Wingard (responsable de la nefasta y resiente secuela de Blair Witch). Death Note Plantea una adaptación o mas bien una re ilustración sumamente innecesaria del popular Manga escrita por Tsugum Oba e ilustrada por Takeshi Obata  y su versión posterior en anime creado por Tetsuro Araki que explora las oscuras fibras de la moralidad y la ética humana en las páginas de un viejo cuaderno negro de pasta dura.

La supuesta película inicia con el pie izquierdo replanteando un protagonista sumamente pelele y teto (aún mas que el líder rojo de la reciente cinta de los Power Rangers) Light Turner (Nat Wolff)  que un día mientras hace una tarea de matemáticas por encargo en el patio de su escuela de la nada recibe un cuaderno negro seguido por una aparición de una criatura astral llamada Ryuk (el siempre brillante Willem Dafoe ahora digitalizado en performance capture)- quien por cierto lo hace gritar como niña- Ryuk le indica que es el nuevo dueño de un instrumento para hacer que el destino mate a quien, cuando y como quiera con tan solo escribirlo en cualquier página en blanco del cuaderno. Inmediatamente Light comienza a debrayarse provocando una serie de muertes fenomenológicas a hombres malos alrededor del mundo bajo el alias de Kira, involucra a Mia (Margaret Qualley) su crush de la escuela para que lo saque de la frendzone y tras cometer sin números de asesinatos a gente infame de todo el mundo, L (Lakeith Stanfield) un peculiar detective secreto del FBI que buscará obsesivamente capturar a toda costa al perpetrador de los crímenes sobrenaturales. 

Al igual que ocurrió con la absurda y sobrecargada Escuadrón Suicida, la película está plagada de un sin número de fintas escénicas que al final no repercuten consecuencias ni aportan nada a la línea central (la casa vibrante, salones de clases destruidos sin que castiguen , muertes tipo Destino Final, por mencionar algunos) ,  El protagonista es débil y sin motivaciones que justifiquen o rediman su imprudencia  y sus delirios mesiánicos de lo que el cree que es hacer lo correcto. El personaje de L, el investigador introvertido no trastoca los rasgos de freaks del original.  Aunque en general las actuaciones son sólidas ningún personaje es para tomarse en serio. Mas que una adaptación parece casi parodia de fan film de youtube.

La factura sobrecarga con un manejo de cámara y edición rebuscadísimo  amen de querer aderezar  el concepto con un toque millenial y contemporáneo pero aunque lo atiborre de un sin fin de deslumbrantes efectos visuales, el resultando es de un estilismo totalmente plano y hueco.


Al final Netflix acaba por generar una pobre  infantilización de la complejidad y trasfondos adultos tanto del anime como del manga. Dejando un producto de consumo efímero que solamente el espectador joven menos familiarizado con la fuente de origen logrará parecerle aceptablemente entretenido. Total me resulta mas espeluznante saber que el director de esta infamia es el que ahora se está encargando de hacer Godzilla vs King Kong.

Por otra parte este fenómeno se repite con la tardía adaptación de la apuesta literaria mas longeva y ambiciosa del Rey del Terror Stephen King.  La torre oscura, una serie de libros que plantean las aventuras de un pistolero guardián de una tierra astral que debe proteger el equilibrio de energías cósmicas perpetrado en la torre gigante que representa el centro de los universos.

Después de fallidos intentos por ser llevada a la pantalla chica como show para HBO, La torre oscura acaba por fin de encarnar en la pantalla grande bajo las ordenes del realizador danés Nikolaj Arcel quién se ha desempeñado mas como guionista adaptando libros como Los hombres que no amaban a las mujeres y A Royal Affair. A pesar de llevar a cuestas un arsenal de buena factura y buenos actores en cabeza,  lamentablemente el resultado falla completamente en consistencia, cadencia narrativa y sobre todo en autenticidad.


Humor involuntario fue lo que me dejó esté frankesntein /bluckbuster venido a menos amén de su construcción totalmente genérica y formuláica y aún así insípida e irregular.  Pues al tener la promesa de ver aunque sea una mezcla alocada de Las Crónicas de Narnia con Cowboys vs Aliens acaba por ser una especie de Eragon y El último gran héroe (pero sin chiste). Gran parte del problema recae en la mano del cineasta Ron Howard que funge como productor y su guionista Akiva Golsman (responsable de escribir la infame duología de Batman de Joel Schumacher) pues la forma solemne y pomposa que emblema en sus filmes, todo está resuelto al vapor solo para generar un taquillazo por encargo. La edición es sumamente trunca y arrítmica, se nota que el tempo de cada escena daba mas para una cinta de 130 minutos y al final fue forzada a durar tan solo 95 min lo cual apenas alcanza para esbozar el basto universo que abarcan las novelas. Todo es totalmente desbalanceado y resbaladizo, actuaciones notables en personajes de esbozo, puesta en cámara efectiva pero con corrección de color para quedar miope, mezcla de sonido portentoso pero con música trilladamente espantosa, monstruos excelentemente diseñados pero ejecutados arbitrariamente con un CGI risible y un largo etcétera.  

Lo poco (y principal) que se rescata de esta cinta es la actuación de Iris Elba como Roland el pistolero y el joven Tom Taylor como Jackie, el personaje principal que escapa mundo de los humanos para ayudarlo en su cruzada. El semblante natural duro pero protector de Idris Elba sostiene lo poco desarrollado de su personaje y el talento natural de Taylor es sorprendente. La interpretación de Mathiew McConaghuey como el villano en traje negro se desperdicia en un cliché de excesiva y forzada vileza rayando en la caricatura.  Pero bueno.  Como bien lo recita Roland al entonar el juramento del pistolero. Los que han adaptado este libro “han olvidado el rostro de su padre”.                                                                                                                 

En fin, a pesar de tanta incoherencia y el poco respeto a la esencia del material  original y de que ambas tengan dos de los peores climax y desenlaces que he visto en mi vida; Death Note y La torre oscura terminan por generar un simple y llano rato palomero. Valdría mucho mas la pena sentarse a conocer los comics y novelas de las cuales se originan pues como bien decía el maestro Greenaway “ No creo que hemos visto cine aún. Solo hemos visto 100 años de texto ilustrado; cuentos de cuna para adultos”.



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